Las naciones y empresas de todo el mundo se ven inmersas en una batalla por el futuro de la tecnología entre Estados Unidos y China, obligándolas a elegir bandos en un conflicto que está fracturando las cadenas de suministro globales y empujando a las empresas a salir de mercados lucrativos.
La última víctima es TikTok, una aplicación de video que es popular entre los adolescentes y que tiene cientos de millones de fanáticos dedicados en mercados como India y Estados Unidos. La aplicación es propiedad de una empresa china, pero está dirigida por un CEO estadounidense.
El primer gran golpe se produjo el mes pasado, cuando TikTok fue bloqueado en India después de un acalorado enfrentamiento fronterizo con China que dejó al menos 20 soldados indios muertos. Luego, el lunes, las autoridades estadounidenses dijeron que considerarían prohibir la aplicación porque la consideran una posible amenaza para la seguridad nacional. Esa noticia surgió cuando la compañía dijo que abandonaría Hong Kong debido a las preocupaciones sobre una ley de seguridad nacional que China impuso a la ciudad.
«Se está volviendo cada vez más difícil ser una plataforma tecnológica verdaderamente global», dijo Dipayan Ghosh, codirector del Proyecto de Plataformas Digitales y Democracia de la Harvard Kennedy School.
La lucha en este momento entre las dos economías más grandes del mundo está en el centro de ese problema. Estados Unidos y China compiten por inteligencia artificial, redes móviles 5G súper rápidas y otras tecnologías. Aunque los países tienen vínculos económicos de larga duración que permiten cierta colaboración, las tensiones recientes sobre la seguridad nacional han empujado a sus gobiernos y empresas a reconsiderar esas asociaciones.